
El mosto es extraído luego presionar racimos enteros en prensadoras neumáticas, obteniéndose un bajo rendimiento de liquido y una calidad superior. El mismo, es clarificado espontáneamente hacia bajas temperaturas, donde se adicionarán específicas levaduras dando inicio a la fermentación alcohólica en los tanques. Una vez que el proceso fermentativo este establecido, parte del mosto es enviado hacia barricas de roble, tanto de origen francés como norteamericano, donde seguirá fermentando. Concluida la fermentación, el vino permanece en contacto con las levaduras durante seis meses, intervalo en el cual los posos finos son puestos en suspensión periódicamente, a través de la practica conocida como batonnage. Finalmente, el vino que fermentó en tanques es cortado con el que fermentó en barricas, equilibrando las características sensoriales de cada fermentación. El corte es estabilizado y filtrado para por fin, ser embotellado.